El tiempo que pasa tan deprisa…
Ya hoy son veinticuatro años de tomar prestados los senderos de este mundo para transitarlos con intensidad y con mucho amor.
Gracias Padre, porque me has bendecido con Tu presencia y Tu amistad, por las grandes maravillas que me has permitido contemplar -obra de tus manos- por las inmensas manifestaciones de Tu amor y Tu ternura. Por mi familia, por mis amigos, por las personas con las que me encuentro en la calle, por las veces en que me choco conmigo misma. Por mis años y por los años que vendran.
Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear,
saber gozar y sufrir
y no dormir sin soñar. (G. M.)